domingo, 4 de mayo de 2014

Pérdida de Facultades: Visión

LA VISTA


El día de ayer hablamos sobre la disminución de la función auditiva que se da en el adulto mayor; el día de hoy corresponde hablar cobre la disminución de la visión que también es una parte importante, ya que al irse disminuyendo esta puede afectar en varios aspectos de nuestra vida.

Las guías de recomendaciones de salud en las personas mayores aconsejan que al menos una vez al año la persona mayor se someta a una revisión ocular para detectar las causas más frecuentes y con tratamiento específico de ceguera. Los problemas de visión más frecuentes en las personas mayores son:

- Presbicia: comúnmente conocido como "vista cansada", es una consecuencia del envejecimiento del ojo y la pérdida de elasticidad del cristalino. Es algo casi inevitable, empieza a manifestarse entre los 40 y los 45 años y, aunque puede ser corregido, no tiene cura. Pero sí se puede mitigar su efecto mediante el uso de las correspondientes gafas graduadas con lentes convergentes graduadas según el déficit de visión.

- Cataratas: Están provocadas por la progresiva pérdida de transparencia del cristalino y conllevan una disminución creciente de la agudeza visual. En su estado inicial se pueden manifestar por sensación de deslumbramiento, disminución de la sensibilidad a los contrastes y dificultades para percibir el relieve y los colores.
Las posibilidades de tener cataratas aumentan con la edad avanzada, la diabetes, ciertas infecciones o traumatismos oculares y la tendencia genética. Afectan al 20% de la población de más de 65 años, a más del 35% de los mayores de 75 y a más del 60% de los mayores de 85. Por fortuna, las cataratas tienen buen tratamiento si se tiene un diagnóstico correcto, el tratamiento es fundamentalmente quirúrgico.

- Glaucoma: Es un aumento de la presión intraocular, por falta de drenaje del humor acuoso, que produce lesiones en el nervio óptico con problemas en la visión y si no se corrige a tiempo ceguera. Si no se detecta a tiempo, este aumento de presión puede afectar al nervio óptico produciendo un deterioro progresivo del campo visual y una disminución de la visión. El aumento de la presión intraocular ocurre cuando el humor acuoso no fluye correctamente hacia afuera y hacia a adentro del ojo. Esta obstrucción produce un aumento de este líquido en el interior del ojo con aumento de la presión intraocular y sobre el nervio óptico. Se presenta como visión de moscas volantes o centelleantes, pérdida de visión lateral o periférica, dolor en los ojos, cefalea, visión borrosa, visión de halos tipo arco iris, náuseas y vómitos e incluso ceguera. Es aconsejable comprobarse la tensión ocular cada 1 o 2 años en mayores de 50 años porque se puede llegar al punto en el que sea irreversible. El tratamiento médico es muy efectivo y para casos difíciles se puede intervenir quirúrgicamente.



2 comentarios:

  1. Me parece un tema interesante. me gustaría saber hasta que momento una persona puede usar los lentes como una ayuda para mejorar la visión?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por el comentario.
      El uso de los lentes tiene que ser recomendado por un oftalmólogo, y el sera el único que pueda indicar cuando ya el uso del lente ya no es de ayuda para mejorar la visión de la persona adulta mayor.

      Eliminar